EL FUNERAL DE UNA ROSA

El jardín de mi vida era vasto y hermoso, al principio destaco que solo contaba con unas cuantas flores que lo adornaban, su sencillez hacia de este sitio un lugar perfecto para vivir y desarrollar los sueños mas increíbles que me hubiese podido imaginar, en el jardín de mi vida la existencia era en si una aventura constante y al paso de los años cuando me di cuenta tenia tantas plantas, flores, palmeras, enredaderas, claveles, margaritas, tulipanes, girasoles, arboles grandes y arboles chicos era todo un ecosistema de perfecta armonía, porque sin importar la maleza que también crecía predominaba un equilibrio muy hermoso.

Los jardines son millones, todos diferentes pero con cosas muy similares, los jardineros son únicos, hay del que es muy cuidadosos hasta el que deja que su jardín se desarrolle como una selva en donde no existen reglas ni orden y todo crece a como va saliendo. Yo siempre fui del tipo que organizaba el jardín y colocaba las plantas muy meticulosamente, la maleza trataba de erradicarla, mas dejaba una que otra ramificación maligna para darle un toque humano a mi jardín. El tiempo paso y yo jugué muchas veces entre los senderos que cada planta en conjunto a otras formo, aprendí al tope de algunos arboles valiosas lecciones y trepe muchos otros que me enseñaron lo valioso de cada rama y que cuando estas en el tope todo se ve mejor.

Invente caminos, puentes y horizontes y mi jardín era perfecto, había un rincón de sauces llorones en donde iba a encontrarme conmigo mismo en ocasiones cuando las cosas se salían de control, un pequeño lago reflejaba mi ser y extrañamente mi interior, muchas veces me sumergí en el lago y me permití conocerme.

Como todo en la vida existieron momentos en que las plagas querían destruirlo todo y era cuando debía de fajarme, sacar toda mi astucia y empezar a solucionar las cosas, sin embargo a veces no fue suficiente mi esfuerzo y termine perdiendo algunas plantas, pero al cabo del tiempo otras llegaban y fui aprendiendo que era un ciclo constante. Yo tenía mis plantas favoritas a las que cuidaba con esmero.

Recuerdo el día en que desperté y al caminar vi que había algo nuevo en mi jardín, me acerque y la observe con detenimiento; me di cuenta de que había una flor nueva y que de todas las plantas era la mas bella que jamás había visto sus pétalos entrelazados entre si me hacían pensar que era una planta complicada pero lo complejo de su estructura me llamaba y me hacia pensar en la belleza existente detrás de cada pétalo.

Con los años la analice y aprendí a cuidarla, aprendí de su textura, de sus espinas, de su tallo y sus pétalos, siempre la mantuve hermosa con todos los cuidados que le di y sin embargo a veces perdió pétalos por mi culpa. El tiempo paso y la empece a descuidar, sabia que estaba allí y no tenia que estar yo siempre cerca ya que esta nunca se iria, a muchos nos pasa la confianza en lo que creemos seguro termina transformando la situación en algo tan inestable como una torre de cientos de pensamientos opuestos.

El problema de la rosa que se marchita es que pierde su belleza y cuando las cosas pierden su atractivo las desechamos, olvidamos que en ese ser existe aun mucha belleza y que es cuestión de cuidarla para verle una vez mas en su máximo esplendor. Si el dueño de la rosa pierde el interés en la peculiar y hermosa planta esta destinada a morir, para la rosa su dueño lo es todo y sin el esta destinada a marchitarse y a perecer, sabe que es una planta y que ante los cuidados de su dueño ella responderá con los pétalos mas rojos y las formas mas bellas. Yo perdí de vista a mi tan bella y peculiar planta, mi rosa era la mas bella y la deje marchitarse, al estar marchita me enfoque en lo mal que se veía y recordando su belleza me frustre, me enoje al no verle tan radiante y bella y no acepte mi responsabilidad, mi rosa se marchito al punto que murió. El Jardín estaba allí y había perdido a una parte importante, no fue hasta que no la vi más que no me di cuenta de lo importante que era para mí esta tan peculiar rosa.

La vida continua y tuve que agarrar los pétalos secos y el tallo maltrecho colocarlos en un ataúd y enterrarlos, sufrí esa perdida pero se que algún día en algún momento volverá a brotar una hermosa rosa y aunque se que será otra rosa aprenderé a valorarla pues que les voy a decir con el tiempo y las perdidas uno aprende a valorar las cosas buenas que pasan por la vida de uno.

Algún día te darás cuenta lo q pesa una mala decisión, sabrás que a veces es muy tarde para rescatar algo y te darás cuenta de todo lo que te perdiste Yo sigo viendo las plantas que existen a mi alrededor, pero con el tiempo mi vista perdió visibilidad. Tus actos te definen y aunque defiendas tu verdad esa es solo una parte d la historia, al final un hombre hablara, una sonrisa se dibujara y una lagrima brotara. El tiempo pasa y al final nada importara.

La vida es así un hermoso jardín en el que crecen, se expanden, embellecen y parten muchas plantas que al final te dejan valiosas lecciones y muy hermosos recuerdos. Ayer me enamore de una rosa, mañana puede ser una margarita, un árbol, una enredadera toda la belleza radica en el momento que decida yo volver a ver y al ver mire reflejado la belleza de lo que considere bello en ese momento.