Capitulo 3 La batalla de un guerrero

Nadie quiere morir, nadie quiere partir de este mundo, sin importar lo cansado que podía estar pensé en esto por horas.

Quería regresar el tiempo y hacer caso a todos los consejos y advertencias, no hagas esto y aquello, come bien, duerme bien.

En este punto pensaba que tenia culpa por lo que me sucedía, pensé que no me cuide, que siempre lleve a mi cuerpo a limites y este era el resultado.

Ahora que seguía?

Recuerdo al Doctor explicándome que me asistirían un tiempo, me suministrarían medicamentos para el dolor, perdería poco a poco mis sentidos y moriría de un infarto o fallo de algún órgano.

Termino sus frases des motivadoras con un: Lo siento mucho.

Esa noche la pase en casa acostado, había podido abandonar el hospital, debía tomar muchas pastillas que me quitaban el apetito y el sueño.

Las horas pasaban y no temía, sentía que no había nada que hacer y estaba en un estado de resignación, me incapacitaron por tres meses, pero no duraría tanto.

Decidí ir a vivir con mi madre y solo a ella le conté lo que sucedía, pedí hermetismo acerca de mi situación, esto porque nunca me agrado la mirada de compasión de las personas hacia mi. Esto me hacia sentir vulnerable y creo que nadie le agrada esta situación.
Mi madre, que fácil me pone la vida, su tiempo a sido todo tantas cosas me perdono, muchas veces los reproches se los guardo y allí estaba una vez mas a mi lado.
Pase en casa varios días acostado y con medicamentos. Al pasar los días y pensar en mi destino inminente y pasar del miedo al enojo y del enojo al desinterés y del desinterés al miedo de nuevo paso algo por mi. Me canse de estar en ese circulo vicioso y me dije que era hora de aprovechar mis últimos días.
Fue extraño, pero me alimente de la situación y me motive, fue como decirme tienes este tiempo para entregar este trabajo y trace metas y un plan, sabia que la tarea era titanica y debía acelerar el paso.
Entre mis nuevas metas estaba visitar y compartir con mis amigos, esos que estuvieron toda una vida, hasta que crecimos y cada uno tomo un camino distinto. Esos amigos que aun estando en distintos rumbos en el momento que los caminos se cruzaban se expresaban toda la alegría y cariño del mundo.
También quise realizar ciertas cosas que nunca hice y que me vinieron a la mente.
Bese la frente de mi madre y me levante y fui a la casa de Diego, un amigo de la infancia que aun vivía en el vecindario y le busque.
Recuerdo que al salir su sonrisa me lleno y nos saludamos como hermanos, conversamos por horas de muchas cosas, proyectos exitosos, fracasos, desamores, la juventud de ahora, el fútbol, las mujeres y etc, que tarde mas amena sentados en el borde de la acera como cuando eramos chiquillos.
Las horas pasaron y cuando uno esta compartiendo el tiempo de calidad las horas se van muy rápido, nos despedimos y regrese a casa.
Esa noche me pregunte porque es que dejamos de hacer cosas tan sencillas como conversar con un amigo y nos esclavizamos a horarios y trabajos para lograr conseguir cosas que creemos nos harán felices, la felicidad esta encerrada en cosas pequeñas y si bien es cierto nos encantan las cosas, no deberíamos descuidar todo lo que es de calidad y esta allí.
La vida es buena me repetí esa noche y caí dormido. Al día siguiente me levante y me dirigí al parque a caminar, durante la caminata observe dos ardillas jugando entre las ramas de los arboles, me quede observando hasta que desaparecieron en la lejanía, disfrute el espectáculo, sus movimientos eran muy rápidos y graciosos.
Ese día decidí sentarme al pie de un árbol y me arrecoste al tronco a observar cuanto pasaba al frente, ese día observe a los corredores, a los niños, a los jóvenes jugar fútbol, a los ancianos caminar y pude ver las etapas de la vida pasar enfrente de mi, pensé que la vida en todo lo que pasa nos habla y muchas veces no la escuchamos, me hablo y me dijo que la vida pasa tan rápido como una mañana que me reflejo varias etapas de esta en un parque.
La tarde llego y continué en el parque, me empece a sentir debil y seguro fue por no haber almorzado, decidí tomar una siesta y al ver el cielo entre las ramas del árbol senti algo tan hermoso, es una sensación única al ver tanta belleza frente a tus ojos. Era algo que tenia a escasos metros de mi casa, pero que nunca utilice o aproveche.
Me la pase mas preocupado por recoger mi salario para ir a visitar los bares o las discos, edificios de 4 paredes donde iba a tomar todo lo que podía y buscar con quien poder irme a la cama, era una vida vacía y sin sentido la que había llevado y sin embargo aprendí a ser lo que era hoy. No me estaba arrepintiendo, no eran quejas, era un análisis cuya conclusión era la misma, no importaba lo que hice o deje de hacer, lo importante fue la oportunidad de aprender de ambas situaciones.
A las 4 pm me levante y fui a casa, estaba tranquilo, ya casi había olvidado mi condición, y en esos metros aprendí algo mas, muchas veces por pensar mucho en lo malo dejamos de ver lo bueno y olvidamos que estas cosas buenas nos pueden llenar de una tranquilidad y alegría.
Al entrar en casa me serví un plato de comida, arroz y frijoles, me supo a gloria quizá era porque tenia el estomago vació y una nueva lección llego a mi, valoramos mas las cosas cuando realmente las necesitamos.
Al llegar a mi habitación me puse a pensar en esto, porque debemos darle valor a las cosas una vez que estamos necesitandolas? Me prometí agradecer a diario durante los días que me quedaran por las cosas que tenia a mi dispocision.
Al amanecer y según mi lista iba ir donde el amor de mi vida, aquella chica que una vez ame con todo y por malas decisiones termine perdiendo. Le diría lo que había significado en mi vida y que no paso día en el que no me pregunte que hubiese sido si todo fuese diferente, no por que me arrepintiera, por que como ya mencione mis decisiones buenas o malas me llevaron por caminos llenos de alegría, tristeza y enseñanzas.
Sin embargo quería que ella escuchara la verdad y no pensara que la olvide y no me intereso mas.
Esto no era un arreglo floral con un te amo y te extraño, era un hola me acorde de ti y de lo especial que fuiste, a veces pienso que habría pasado si no me hubiese equivocado? ( quizá no hubiese aprendido a ser libre).
Me dormí profundo y llego la mañana, me levante alegre, me aliste y salí de casa. Debía viajar cierta distancia y decidí ir en bus, creo que quería seguir viendo lo que había a mi alrededor y el manejar requería mi atención en el camino.
Durante el camino vi dos mujeres que robaron mi atención, la primera muy bella, pensé en ir a conversar pero pensé en mi condición y me deprimí, pero después de desperdiciar la oportunidad me dije, no te equivoques es tu ultima oportunidad.
Siempre fui un hombre pícaro, tranquilo, pero siempre le huí al compromiso menos en aquella ocasión donde lo arruine.
Quizá este pensamiento me estaba alertando, no había superado esto? me arrepentía? No la verdad es que no cambiaría mi vida y el camino que elegí me encantaba.
Como les conté la segunda oportunidad la aproveche una mujer muy bella en el auto bus me sonrió y me senté al lado de ella, durante el camino conversamos y al final me dio su numero, me sentí genial sabia que mi ego fue alimentado. A nosotros los hombres como ustedes las mujeres aman esa sensación.
Llegué a mi destino y me baje del auto bus, me sentía emocionado, como cuando era un chiquillo y es lo bonito de la vida, aun si pasas una etapa puedes volver a sentir y recordar aunque sea por un instante.
Se acercaba el momento volvería a ver aquella mujer y el guerrero estaba listo para enfrentar esta batalla.