EL PENSAMIENTO ES LA CHISPA DE LA ACCION

Bienvenido a mi blog un espacio donde día a día compartiré pensamientos, ideas, sueños e historias que sienta que debo de expresar siempre buscando generar cosas positivas, esperando recibir de todos los lectores sus opiniones ya que estas son importantes y me ayudan alimentar mi espíritu con conocimiento y comprensión.

martes, julio 10, 2012

NITZUS CHISPA DIVINA


La «chispa» o nitzutz —así lo entendí—, es una criatura (?) que contagia, por naturaleza. ¿Y qué transmite el Ahab o Amor? Todo, menos miedo. Por eso, el miedo sólo es viable en aquellos que todavía no han descubierto la «chispa». Para el que sabe que está ahí, en el interior, o, sencillamente, la intuye, la bondad es lógica, la acción es continua, la serenidad es irremediable, la misericordia es el paisaje, y la inteligencia es el «principio Omega». La «chispa» —insistió— lo contagia todo. Es su característica. El es así. Y no hay antídoto. La inmortalidad no tiene retroceso, ni funciona con condiciones. Eres o no eres.
La nitzutz, o «vibración» del Padre Azul, es una jugada maestra. El desciende, y controla. El vive porque tú vives. El recibe y emite, del Padre, y hacia el Padre. Hoy la llamaríamos «baliza divina». El conoce cada milímetro de tu recorrido, porque así lo (te) imaginó, y porque lo hace contigo. El sabe del número total de tus parpadeos, porque los cuenta. El sí tiene información de primera mano. El sabe cómo te llamas, aunque nunca te reclamará. Eres tú quien debe descubrirlo. Será el hallazgo de los hallazgos. Entonces comprenderás todos los «por qué». El sólo lleva las cuentas de tus dudas, y cada una lo considera un éxito. Si Él deseara la certeza en tu corazón, no habría permitido que te asomaras al tiempo y
al espacio. Él es el misterio, desgranado.
La «chispa» es el «piloto» del alma inmortal. Ella gobierna en el silencio, y en la profundidad de las emociones. Ella es la fuente de los sentimientos. Ella es la que susurra la piedad, y la que inspira la confianza. Ella es la intuición, la mirada del Padre. Ella es el cristal que te permite distinguir la belleza.
Ella es el Espíritu que te mueve hacia los territorios de la generosidad. Ella es la voz que confundimos con la conciencia. ¿Desde cuándo la mente tiene voz? Ella mantiene el rumbo de tu destino, aunque no lo comprendas, ni lo aceptes. Ella, finalmente, te dejará el timón cuando la descubras (cuando comprendas).
La nitzutz es tu mar interior. En todos los seres humanos es diferente. En algunos, serena. En otros, bravía. Puedes navegarla, bucearla y, sobre todo, disfrutarla. Si la dejas hablar, serás un sabio. Por eso, al descubrirla, los hombres enmudecen. Y el silencio es la mejor de las respuestas. Ella es otro mundo (el verdadero), sin salir del tuyo. Ella es el «reino de los cielos», del que tanto habló el Galileo, y que muy pocos comprendieron. Ella no es Yavé, ni remotamente...
La «chispa» no es definible, como no lo es lo inmaterial. Lo «sin fin» no puede ser amarrado con las cuerdas del entendimiento humano, que siempre tiene fin. 
 la «chispa» —el gran regalo del Padre— es lo que queda cuando te han abandonado, o cuando estimas que el fin te ha alcanzado. Con la «chispa», la soledad nunca es negra, ni rabiosa. Ella siempre parpadea en algún momento, y hace el milagro: la esperanza está a tu lado, pendiente, y convierte la supuesta negrura en penumbra. Somos tan limitados, y poderosos, a un tiempo, que creamos la oscuridad y, en el colmo de lo absurdo, nos la creemos. «Chispa» y oscuridad son incompatibles. «A eso he venido —repitió una y otra vez—. Ésa es la buena nueva: el Padre está en el interior, hagas lo que hagas, y seas lo que seas... » La nitzutz no depende de tu voluntad. Ella desciende, sin más. Eso es un Dios de lujo. No hay trueque.
Las condiciones las pone el hombre y, obviamente, se equivoca. El Padre no requiere, ni necesita, noexige, ni tampoco espera. La «chispa» es suya, y a Él retornará cuando concluya la gran aventura del tiempo y del espacio. E insistió:
 
Es la «chispa» la que te hace fuerte, inexplicablemente. Es del azul del Ahab de donde bebes, y del que consigues la fuerza de voluntad, incluso cuando caminas detrás de ti mismo...
Es Ella el tronco del que florece la intuición. Cuanto antes la descubras, más y mejor disfrutarás de la característica humana por excelencia. Cuanto más próximo a la «chispa», más intuitivo. Cuanto más intuitivo, más certero. Cuanto más certero, menos necesitado de la razón. Cuanto más lejos de la razón, más al sur de la mediocridad. Cuanto menos mediocre, más tú...
La nitzutz, además, contagia la imaginación. Ninguna otra criatura mortal está capacitada para soñar despierta. Es otra de las distancias siderales que nos separan del mundo animal. Ellos, los brutos, jamás podrán crear, o prosperar, porque no disponen de la «gota azul» en el interior. Ellos, los animales, carecen, por tanto, del alma que elabora el «Yo». Ellos no saben quiénes son, ni lo sabrán jamás. Ellos no se hacen preguntas, ni buscan a Dios. No es su cometido. Su única inmortalidad está en nuestra memoria.
Al practicar la imaginación, la «chispa» entreabre la puerta del futuro, y muestra cómo seremos: como Dioses (con mayúscula). Dioses creadores de universos que sólo nosotros imaginaremos. En realidad, eso es el Padre: la imaginación por encima del poder. Ahora no lo sabemos, pero nunca somos tan iguales a Él como cuando desplegamos la imaginación. Es la «chispa» la que desnuda la belleza, y hace concebir la poesía. Es Ella la que ordena los sonidos y los silencios, y dibuja la música. Es la nitzutz la que golpea la piedra y deja escapar el arte. Es Ella la creadora de unicornios azules. Es Ella la que provoca los sueños, y los archiva. Es Ella, con la imaginación de la mano, la que anuncia el «reino» del que procedes —tu «patria»—, y al que, necesariamente, volverás. Un «reino» del espíritu, en el que imaginar es ser. La nitzutz es la perla que sí hallarás en la amatista, si sabes buscar. Ella es el genio que no descansa, y que bombea ideas. No importa sexo, raza o condición. Es Ella la que nos hace espiritualmente iguales. La «chispa» es la clave. Ninguna «gota azul» es mejor o peor. El Padre, sencillamente, es. Todas las «chispas» son Él, y todas descienden de Él, aunque Él es mucho más...
Esta fue la «piedra angular» que sostuvo el magnífico «edificio» levantado por el Hijo del Hombre. Pretender la superioridad, intentar acaparar la razón, o creerse en posesión de la verdad es no saber (todavía) que nos habita un Dios. Y lo que es peor: es no saber que esa «chispa» se reparte con el mismo Amor, y en la misma «cantidad».
Es la misteriosa fracción (?) del Padre Azul, que un día toma posesión de nosotros, quien se ocupa de sembrar esperanzas. El las despabila, y las reparte. Y cada día se presentan ante nosotros. Otra cuestión es que alcancemos a verlas. Pueden ser inmensas, o esperanzas que caben en la palma de la mano. Eso poco
importa. Lo fascinante es que, mientras hay «chispa», hay esperanza. Y es justamente la esperanza —la confianza en algo— el oxígeno de la jovencísima alma que ha llegado al paso de la «chispa». A más esperanza, más oxígeno. Cuanto más oxígeno, más felicidad. Pero el cargamento de esperanza no depende de nosotros. Cada ser humano nace con un cupo.
  Después, tras la muerte, la esperanza deja de ser intermitente, y nos abraza. Ya no será el doble renglón del libro de la vida. La esperanza será el «ADN» del alma. Por eso no hay palabras. Por eso insistió, una y otra vez: «Confía.» La esperanza es la sombra de la «chispa». La primera no es posible sin la segunda. «Confía.» Sólo los seres humanos disfrutan de un sentimiento tan gratificante. ¿Has visto a un perro esperanzado? La felicidad de los animales es la sombra de la esperanza humana. «mal’ak! Cuando experimentas la esperanza —añadió, feliz—, lo tienes todo... » La esperanza es otra demostración de la existencia del Padre en el interior del hombre. Es un guiño del Amor. Sólo tú sabrás comprenderlo. Sólo el ser humano reúne las condiciones  necesarias para acoger la esperanza, y abrazarla. Si te aproximas a esta realidad, te habrás acercado a la mismísima esencia divina. «Confía, mal’ak.» La «chispa», ahora, prepara al hombre para un estado de felicidad casi completo, tan incomprensible para la corta inteligencia humana como la estructura interna de la inmortalidad. «Confía...» Es Ella, en definitiva, la que nos hace humanos. Es la nitzutz la que nos diferencia del resto de la creación. Ella es el milagro, y el gran enigma, no resuelto ni por los ángeles. Nadie sabe por qué, pero el Padre ha elegido lo más pequeño, y lo más primitivo, para acomodarse en el tiempo y en el espacio.
Somos unos recién llegados con suerte. Por eso decía que nos envidian. Por eso, en parte, los «K» lo dejan todo, y descienden a la imperfección...
Es la «gota azul», que nos distingue, la que tira del alma hacia Dios. Es lógico que Ella se incline hacia sí misma. Sólo su presencia justifica la desbordante inquietud del ser humano por lo trascendente. Ningún animal se atormenta con las grandes preguntas: ¿quién soy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿qué será de mí? Es el alma inmortal quien debe hallar las respuestas, siempre susurradas por la «chispa». Y llega el día, al intuir, imaginar, o descubrir que el hombre está habitado por el Número Uno, cuando la vida adquiere sentido. Entonces, «Omega es el principio». Entonces, al comprender, el alma se vacía por sí misma, y deja que la «chispa» la llene.
 Y en ese instante, Ahab hace el prodigio: la inmensa maquinaria del universo visible, y del invisible, se coloca al servicio del más humilde. Es el secreto de los secretos, al alcance de todos, aunque muy pocos llegan a destaparlo. «Confía, mal’ak. Existe un orden... » Y la voz de la nitzutz se oye «5 x 5» (fuerte y claro): «Serás lo que Yo soy.» A partir de ese prodigioso momento, cuando el ser humano se entrega a la voluntad del Número Uno, la voz de la «chispa» deja de ser un susurro. Y la esperanza, al fin, se convierte en huésped permanente del alma. Es un anticipo de la «gran aventura»...
LA NITZUS se compara con un «amigo fiel», algo difícil de hallar, casi único. palabra es decir, Dios, como Señor, y como Amigo. 
 cada una de las revelaciones a las que tenemos acceso a lo largo de la vida. Ella, la «chispa», las dosifica. De Ella proceden. Y se vale de los medios más insospechados. No es la mente —criatura mortal y al servicio del alma— la que proporciona esas informaciones decisivas, que varían el rumbo de criterios y actuaciones. Es Él, el Padre, quien informa, y lo hace oportunamente. No son los hombres, ni tampoco los libros, quienes iluminan. Es Él, aunque, en ocasiones, pueda servirse de ellos. Y añadió: «Esa revelación llega por dos caminos. A través de la comunicación directa con el Padre, con la “chispa”, o porque así está establecido.»
 
Publico esta referencia del libro caballo de troya de benitez espero les guste. 

7 comentarios:

Unknown dijo...

Grácias por compartir

Anónimo dijo...

Importantisima conocimiento sobre la Chispa, el Nitzutz, el Padre Azul, creo estarlo tenerlo
desarrollado y conociendo aún mas día a día, tengo 77 años.
ESTO Gracias a él conocimiento del gran escritor JJ BENÍTEZ. que lo menciona en uno de sus últimos éxitos "LA GRAN CATÁSTROFE AMARILLA"

Anónimo dijo...

Abrazo

Anónimo dijo...

Es así la Nitsutz.. q descripción tan perfecta

Anónimo dijo...

Excelente respuesta

Anónimo dijo...

Gracias por compartir la información

Anónimo dijo...

EXELENTE