Reflexion del Guerrero

Hoy desperté y miro mis manos, estas me duelen un poco, en estas existen algunas cicatrices, marcas que me seguirán por el resto de mi existencia carnal, prueba de los duros trabajos que realice. No es una queja es una declaración de orgullo, mis brazos sanos y fuertes me han servido con lealtad, me ayudaron en miles de tareas cargándose de fuerza para agarrar, llevar, empujar, sostener un sin fin de tareas. 
Me levanto de la cama y empiezo andar, una leve molestia en la rodilla derecha me recuerda que poco a poco la vida pasa por mi, pero no dejo de sentirme alegre porque poseo estas dos piernas sanas, que me han llevado a cientos de lugares, muchos maravillosos lugares que jamas podre olvidar, estas piernas corrieron para auxiliar a otros, corrieron para ayudarme a mantenerme sano, corrieron simplemente porque correr era divertido, corrieron porque el tiempo se agotaba. 
Me tengo que agachar a recoger el periódico y siento un dolor terrible en la columna, recuerdo una vez que al auxiliar a un amigo tuve que agarrar una pala y sacar varios carretillos de tierra y llevarlos por una pendiente, desde esa tarde mi columna no volvió hacer la misma y sin embargo ese dolor me recuerda las buenas obras y los trabajos forzados que realice y mi columna fue pilar fuerte en esta estructura saludable y bendecida de carne y hueso que Abba me regalo.
Lavo mi cara y abro bien los ojos y por un momento los contemplo en el espejo, mis ojos estos que me permitieron ver cosas increíbles, me ayudaron a buscar lo que necesitaba y en muchas ocasiones regalaron su brillo a otras personas, Dios bendiga el sentido de la vista que poseo, Dios bendiga todos mis sentidos porque cada uno funciona bien y me han permitido vivir de una manera maravillosa.
Empezó el día y debo de marchar al campo de batalla una vez mas, esta batalla poco tiene que ver con riquezas, posesiones, tierras, poder, esta batalla tiene que ver con sacar el guerrero que hay en mi para poder resistir las pruebas que a diario enfrenta el ser humano, los plazos, las presiones, los reclamos, las decepciones, los engaños, la envidia, el mal, nada de esto me puede derrotar. Debo avanzar utilizando el escudo del amor, la espada de la fe, mi armadura de paciencia, conocimiento y comprension, debo terminar el día y volver con el gran tesoro del amor intacto, porque en mi hogar esperan que regrese con el, en mi hogar esperan que este guerrero los proteja de todo lo malo que nos rodea y no les quiero fallar.
Mi Dios me a dado salud y con esta me lleno de bendición, lo honrare utilizando cada parte de mi ser para obtener el bienestar de los mios procurando mantener el balance y no afectar  a otros, si bien mi objetivo son los mios jamas deberé de procurar su bien si afecto a otros.
Los años son los invencibles que terminaran ganando, pero esto lo aprendí tiempo atrás, así que me hice su aliado, deje de luchar en contra de este y aprendí a disfrutar de lo que me ofrecía: Experiencia, conocimiento, momentos, etapas, todo esto me da y aunque me quita otras cosas decidí enfocarme en lo que me da después de todo debíamos llegar a un balance y entendernos entre si.
Mi batalla es la vida, esta me tratara de quitar pero solo lo hace con el afán de formar a una gran persona y esto es algo que debemos de aprender a ver y entender que la vida nos entrena a diario para que aprendamos y así logremos avanzar al próximo nivel.
Encuentra el amor que existe en ella, que este te alimente y te lleve por el camino del buen haber, caerás, pero levantate y hecha andar de nuevo y nos vemos mas adelante bendiciones.