Tiempo-Vida

Pasa el tiempo y cada día mi existencia se acorta, hay tantas cosas que dentro de un tiempo se irán para siempre y entre esas cosas se ira mi vida. Extrañare a mis seres queridos, las maravillas que me ofreció la vida como el amor, los paisajes, la alegría, las palabras, el aprendizaje, pero antes de seguir pensando en el tiempo que se me va me detengo y tomó una gran decisión: vivir cada día al máximo.
Tengo muchos pero a la vez tan pocos recuerdos y experiencias que a veces digo suficiente y a veces deseo poder hacer mas, me imagino que muchos pasan por lo mismo, pero ahora estoy enfocado en mi.
Los deseos de mi alma mucho tiempo fueron reprimidos por miedos, por perezas y otras veces por destino y sin embargo aun estoy con tiempo para llegar al punto donde solo agradecimiento exista.
Un hombre dijo una vez: dejare de aventurarme el día en que... no nunca dejare de aventurarme porque se que la muerte es tan solo el inicio de otra gran aventura.
Muchas veces sentí que el tiempo para lograr todo lo que deseaba era demasiado y por lo tanto no me alcanzaría, mas hoy aprendí a ver que con poco tiempo puedo llegar hacer muchas cosas, las suficientes para vivir alegre por mi existencia.
El tiempo pasa tan rápido y mis capacidades se transforman, dejare de tener algunas cosas , pero habré ganado otras y así iré avanzando y adaptandome porque de eso se trata la vida no de mantenerse en un solo estado, hay que moldearse a lo que se vive, utilizando lo que se posee de la mejor manera.
El tiempo pasa en ocasiones creemos que no alcanza, sentimos agotamiento físico y mental y en otras ocasiones sentimos tanta energía acumulada y que el tiempo transcurre tan lento.
La vida es un sube y baja, en unas ocasiones la estadía arriba se prolongara mucho y en otras sera como un flash que llega y desaparece en cuestión de segundos. Lo mismo ocurre cuando estamos abajo, aveces una eternidad y otras ni lo sentimos.
El tiempo se a transformado en un enemigo y en un companero, pero deseamos con todo nuestro corazón que llegue a ser nuestro aliado.
No descuide lo que Usted ya tiene, muchas veces la riqueza está en aprovechar las cosas que ya poseemos o las que nos llegan."
Entre la temeridad y la renuncia se encuentra el estrecho e incierto camino de la aventura. Quien, al
menos una vez, ha experimentado un autentico viaje, sabe que a lo largo de este camino se descubren nuestras capacidades reales y el valor exacto de la vida. Nuestro viaje se inicia con el reloj en cero y termina cuando tu decidas que se termino, porque esta vida tan solo es el primero de muchos pasos.
A un lado, se levanta la empinada vertiente de la inconsciencia que conduce al riesgo insensato y en el otro se extiende una ladera fácil y llena de inquietudes que nos invita a vivir de sueños.

A lo largo de este angosto sendero, a menudo en necesario afrontar el vértigo y sus dudas. Pero
también se vive en un estado de hermosa lucidez y valor primitivo; y aunque el margen de maniobra es a menudo, muy estrecho, la magnifica vista que se tiene sobre el mundo, convierte al aventurero en lo que el navegante Gerard Janichon llama "un viajero de la vida universal".
A fuerza de superar pruebas, uno se acostumbra a tomar el riesgo como lo que es:
una parte indispensable del mismo viaje, que hay que evitar y buscar a la vez.
El riesgo tiene dos caras. La primera es el peligro, algunas veces fatal para la vida, pero también tiene el atractivo de lo desconocido que a través del esfuerzo y la imaginación. Conduce casi siempre a un enriquecimiento de la vida. Estas dos caras son inseparables y no se puede vivir una sin encontrarse con la otra. Privada de riesgos la aventura no ofrece nada, pero demasiada arriesgada, se convierte en absurda.
Se ha dicho que el alpinismo es el arte de buscar el peligro haciendo todo lo posible por eludirlo. Así
ocurre en toda aventura: su escencia no son solo los riesgos, es el difícil arte de evitarlos.
Entre el peligro embriagador y la parálisis suscitada en ocasiones por el miedo, está el estrecho camino de la aventura, a lo largo del cual el individuo libre y responsable de sí mismo va a buscar las sensaciones que necesita para vivir. Allí arriba, sobre las crestas del riesgo, en el vértigo de las inmensidades del mundo, existe el derecho, no a la seguridad, sino a los medios para poder protegerla. ¿Qué seria de un viaje si no lo llevásemos fuera de los caminos señalizados?.

El derecho a la vida no es nada sin otro hermoso derecho, el derecho a la aventura.